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Sueño

La actividad compara el cerebro después de dormir lo necesario y tras una semana de privación de sueño. Se observa cómo la amígdala, que maneja emociones, está equilibrada con buen descanso, pero se hiperactiva sin suficiente sueño. Esto provoca más ansiedad, irritabilidad y menos control emocional.

Actividad

La imagen muestra una comparación del cerebro en dos condiciones: tras una semana de dormir la cantidad necesaria y tras una semana de privación de sueño. A la izquierda, la amígdala cerebral, que es clave para procesar emociones, se ve en una actividad moderada tras un descanso adecuado.

 

Sin embargo, a la derecha, tras una semana sin suficiente sueño, la amígdala muestra una hiperreactividad marcada. Esta sobreestimulación hace que la persona reaccione de manera desproporcionada a estímulos que normalmente provocarían una respuesta más controlada. Además de la hiperreactividad, la falta de sueño provoca un aumento en la ansiedad, irritabilidad y una menor capacidad para controlar las emociones, lo que puede llevar a respuestas impulsivas y menos reguladas.  ​

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Explicación para brindar a niños y adolescentes  ​

Con una semana de dormir la cantidad de horas recomendadas por edad, la amígdala, una parte del cerebro que maneja las emociones, responde de manera más controlada a los estímulos negativos.  Con una semana de privación de sueño (dormir menos de las horas recomendadas por edad), la respuesta de la amígdala a los estímulos negativos es mucho más intensa y extensa, la persona se siente con ansiedad, irritabilidad y con menos capacidad de controlar sus emociones. 

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