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Bichos Buenos
Bichos Malos

Imagina que tu estómago es una gran ciudad donde viven bichitos buenos y malos. Los buenos, superhéroes de tu cuerpo, aman frutas, verduras y alimentos integrales. Los malos, como villanos, disfrutan de dulces y comida rápida, debilitando tu salud. Tu misión: alimentar a los bichitos buenos para fortalecer tu cuerpo y mantener a los malos bajo control.

Actividad

Imagina que en tu estómago vive una gran ciudad llena de pequeños bichitos. Algunos de estos bichitos son buenos y otros son malos. Estos bichitos comen lo mismo que tú comes, y tienen sus comidas favoritas.


Los bichitos buenos son como superhéroes que te ayudan a sentirte fuerte y feliz. Aquí están algunas de sus comidas favoritas: frutas, verduras, proteínas, lácteos, y cereales integrales. Cuando comes estas cosas, los bichitos buenos se vuelven más fuertes y numerosos. Ellos construyen grandes fortalezas y están listos para defenderte.


Por otro lado, los bichitos malos son como pequeños villanos que te hacen sentir mal. Aquí́ están algunas de sus comidas favoritas: dulces, comida rápida (papas fritas, hamburguesas, perros calientes), las bebidas azucaradas y los snacks procesados (papas de bolsa o galletas saladas de paquete). Cuando comes estos alimentos, los bichitos malos se vuelven más fuertes y numerosos. Ellos construyen sus propios escondites y empiezan a causar problemas.


Cuando tienes muchos bichitos buenos en tu estómago, te sientes increíble. Tienes más energía para jugar, estás feliz, y hasta te vuelves más inteligente. Los bichitos buenos te ayudan a sentirte genial. Pero, cuando hay más bichitos malos en tu intestino, te sientes fatal. No tienes ganas de jugar, te sientes cansado, triste y te cuesta aprender. Los bichitos malos pueden hacerte sentir de mal humor.
 

Tu misión es dar más comida a los bichitos buenos para que ellos ganen la batalla contra los bichitos malos. 

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